La belleza.
La belleza está en la sonrisa vulnerable.
En el corazón que bombea sin miedo. En la
inspiración que podría ser la última, y en la exhalación de alivio que la sigue;
en las pupilas que brillan de temor y coraje a la vez, de la voz que es
perfilada dulcemente por la nuez, ni temblorosa ni firme, y es tan sólo como
aire silbante imitando la forma primitiva de comunicación humana.
La belleza se eleva sin quererlo, la belleza es sencillez.
La belleza es romperse en dos intentando juntar las orillas de un río.
La belleza eres tú.
Cajas.
Somos cajas. Somos robustas, cuadradas, y de color marrón.
Somos cajas de cartón que se expanden si queremos, que pueden hacerse muy
grandes, que pueden contener el infinito.
Cuando viajamos, la caja se expande. Cuando conocemos a
alguien de otro barrio, de otro contexto, de otra cultura, la caja se expande
cada vez más. Cuanto más pequeña es la caja, mayor es la ignorancia.
Cada uno tiene la responsabilidad de expandirla, porque
siempre piensas que tu caja está en el tamaño correcto. Entonces, aprendes algo
nuevo, y te sorprendes de cuánto podía crecer, de cuán cerca estabas de la
ignorancia.
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Hoy mi caja se ha expandido, porque he estado inspirándome
con los vídeos y charlas TED, donde pensadores, investigadores y demás
nos inspiran a los demás con sus ideas.
Acabo de ver una charla de Brené Brown, Trabajadora Social, que
decía que el rasgo común de las personas a las que ella llama “genuinas”, es
decir, las valientes, las seguras de sí mismas, las que tienen alta autoestima,
porque creen que sirven de algo… es la vulnerabilidad. La vulnerabilidad.
Si deseáis ver la charla completa,
