lunes, 3 de agosto de 2015

Don't settle

Sospecho que tengo miedo al compromiso.

Yo, la que suspira por los romances de libro donde son felices juntos para siempre. Yo que veo a parejas de más de ochenta años unidas por el amor y deseo eso para mí,

Pero en la vida...

No hay nadie que llegue a mis expectativas.
Necesito conocer a alguien que me haga estallar la mente, que me vuelva loca en sueños, que me quite el aliento. No me parece algo malo huir del compromiso, no conformarse.

Sé que cuando conozca a alguien que en una semana me haga sentir como si le conociera de toda la vida, sé que cuando note el hogar en un abrazo, entonces, estaré lista.

No quiero conformarme.
Sólo necesitaba escribirlo, para no olvidarlo.

domingo, 2 de agosto de 2015

Cerrando heridas por fin

Eras un terrible fantasma. 

Y tras meses persiguiéndome en sueños, es por fin cuando comienzo a librarme de ti.

Ha sido de la manera más tonta. No pudo conseguirlo mi resolución de no volver a pensarte. Imposible, con tantos lugares de Madrid. A veces notaba la presencia de mi deseo caminando por las calles que nos vieron hablar por primera vez. Siempre me he preguntado si tú también te acordarías de mi cada vez que pasaras por ciertos lugares, o si desearías que caminara contigo, en diciembre, en marzo, en abril. Sé que no. 

A veces me dolía pisar los lugares intactos por los que no había vuelto a pasar. La ciudad en la que vivo te recordaba constantemente a mi pesar, como un diario imborrable. Hubo algunas calles de las que no podía librarme; y aún habiendo pasado cientos de veces por Sol, aún continúo recordando el punto exacto en que viniste a saludarme y a partir de entonces todo me pareció un sueño. Otras calles tardaron más tiempo en ser revisitadas, pero dolían igual. Yo sabía que era cuestión de esperar. Cuanto más mirara a la herida menos miedo me daría. El mapa de ti se diluyó con el tiempo, por suerte, y se pobló con nuevos recuerdos. Sin embargo, no era sólo el pasado el que me atormentaba, sino también el futuro. ¿Cómo reaccionaría si me cruzara contigo algún día? Miles de situaciones se formulaban en mi mente, y miles de preguntas. Y sobre todo, todo lo que tantas ganas he tenido siempre de decirte. 

Hasta que llegó el momento.

Volví tras casi un año a aquel lugar sagrado. Donde me viste por primera vez y dio comienzo todo. Destruí la huella intacta, volví a captarla con mis sentidos en vez de con mi memoria. A diferencia de la última vez, ya no estabas tú. Caminé en silencio y pasé por esa misma columna, entre grupos que reían, entre el estruendo de la música. Ironías del destino, sonó una canción que por alguna razón siempre me había recordado a ti. El bar intacto me recibía. Llegaba a donde más dolía. 

Te nombré -como hago a veces, cuando el ruido de tu recuerdo es tan fuerte-, y conversé con mi amiga. Me dijo algo que me dolió como cuando te recolocan un hueso roto del cuerpo para que sane bien. Solo que esta vez era una parte de mi misma la que estaba rota, y no sabía reconocer. 

No te interesaba, simplemente. Aunque yo lo creí y puede que tú lo creyeras, no lo hacía. Porque las cosas hubieran sido muy distintas.

Dolió, intensamente. Sin embargo, tenía razón, sobre ti, tenía razón sobre mi y de pronto todo se tornó absurdo. Tu fantasma me ha estado persiguiendo porque siempre creí que había sido el cruel destino, un mal momento, el que te había alejado de mi. Sin embargo eran historias que enmascaraban lo que nunca quise ver. 

Bailé con mi amiga, en ese lugar que me dio algo que nunca olvidaré pero que es hora cerrar, ese lugar que tanto he temido porque quedará siempre marcado, aunque sea muy levemente, por el momento en que nos conocimos. Pero esa noche me divertí en ese lugar y me sentí como si danzara sobre una tumba que nunca me había atrevido a visitar, que me entristecía y no me dejaba en paz. El cementerio ha sido profanado y ya es hora de que el fantasma se marche. 

Dicen que las personas que conoces pasan por tu vida por alguna razón. Y aunque siempre lo recordaré con cariño es hora de liberarme. Nunca tendré respuestas a mis preguntas; prefiero, sinceramente, no saberlas nunca. Dejaste una historia inconclusa que me ha costado meses cerrar. Fantasma, es hora de que partas.